Bitácoras

El día que aprendimos a hablar t-rexano


Rodrigo es un nene de 7 años que estaba internado por un problema respitatorio. Cuando el Dr. Juan Feliz Domingo, la Dra. Aero y la Dra. Carolinda entraron a la habitación, tenía muchas ganas de jugar, pero le daba vergüenza, entonces no hablaba, sino que hacía gruñir a su "compañero": un tiranosaurio rex.

Los doctores empezaron a tratar de entender al Tiranosaurio para poder hablar con Rodrigo. El Tiranosaurio estaba nervioso y mordió al Dr. Juan Feliz Domingo cuando le acercó el dedo para acariciarlo. El doctor Juan Feliz Domingo se asustó, pero por suerte las doctoras sabían curarlo. Pensamos que el dinosaurio era malo, pero no, solo estaba asustado porque estaba en el hospital con Rodrigo y nadie lo entendía.


Entonces, los doctores intentaron averiguar si tenía hambre y le acercaron una vaquita de San Antonio. Pero pasó algo mágico. El tiranosaurio se hizo amigo de la vaquita y Rodrigo se la pegó en el lomo. Rodrigo nos explicó que, en realidad, estaba así porque quería un amigo para charlar. Entonces, los doctores ensayaron hablar como T-Rex. ¡Resultó que los 3 sabían hablar tirrexano! Así que t-rex se puso contento y empezó a quedarse mucho más tranquilo. Ya no mordía.

Los doctores aprovecharon para regalarle a Rodrigo y a la mamá, Ana, unas maribejas (mezcla de mariposas y abejas) para que les hagan compañía y se fueron conversando en tirrexano, el mágico idioma que les había permitido calmar a un dinosaurio para llegar hasta Rodrigo y Ana.